Hace diez años que una novela de la británica Erika Leonard Mitchell (E.L. James) llegó a las librerías de casi todo el mundo para revolucionar la literatura erótica. Estamos hablando de Cincuenta sombras de Grey.
Con ella se iniciaba una saga compuesta por cinco novelas: la ya citada 50 sombras de Grey, Cincuenta sombras más oscuras, 50 sombras liberadas, Grey y, finalmente, Liberado.
Ésta es, en principio, la última novela de la saga, publicada hace poco. En ella se profundiza en la personalidad del personaje central de Christian Grey.
El fenómeno Grey
Hablar de esta saga novelesca es hablar de un fenómeno editorial y sociológico a nivel mundial. Traducida a 50 idiomas, basta con mirar las cifras de venta de las diferentes partes de la serie para hacerse una idea de hasta qué punto este fenómeno ha traspasado fronteras desde la edición de la primera novela. ¡165 millones de ejemplares, ni más ni menos, ha vendido E.L. James en todo el mundo!
Las adaptaciones cinematográficas que se han hecho hasta el momento, centradas en las tres primeras novelas de la serie han ayudado sin duda a alcanzar esa cifra exorbitante de ventas. Conocidas en bloque popularmente como la Trilogía de Cincuenta sombras de Grey, esas tres obras sirvieron de base para que, primero Sam Taylor-Johnson y después James Foley, dirigieran tres films que, junto a la obra narrativa de James, han convertido el término BDSM, hasta no hace mucho propio de una minoría muy concreta, en una palabra de moda en todo el mundo.
La historia, ambientada en Seattle, se inicia cuando la estudiante de literatura Anastasia Steele (papel interpretado por la actriz estadounidense Dakota Jonhson) recibe el encargo de entrevistar a un joven y exitoso empresario. Ese joven empresario es Christian Grey (papel interpretado por Jamie Dornan). Atractivo y seductor, Anastasia queda prendada de él.
El chispazo erótico entre ambos es inmediato. Él es un hombre atormentado que debe controlarlo todo. Ella, una chica independiente y serena. El inicio de las relaciones eróticas servirán a Anastasia para descubrir un nuevo tipo de prácticas sexuales. El Bondage más refinado es una de las aficiones de Christian. Ella, poco a poco, irá descubriendo hasta dónde llegan sus más íntimos deseos.
El BDSM en la saga Cincuenta sombras de Grey
Sin voluntad alguna de hacer spoiler sobre el argumento de esta saga literaria y cinematográfica, señalaremos que el éxito del libro impreso de esta novela erótica se basa fundamentalmente en una excelente combinación de historia romántica y de juego erótico de alto voltaje que ha servido para "sacar del armario" todo un abanico de prácticas sexuales alternativas.
La crítica literaria y también la propia autora han apuntado que el hecho de que las escenas sexuales estén contadas con elegancia y sin caer en ningún momento en la vulgaridad ha ayudado en gran medida a que las mujeres en general hayan conectado más íntimamente con lo que se cuenta en las diferentes novelas. Al fin y al cabo, de lo que tratan las diferentes obras de la saga es de una muy apasionada historia de amor. La serie es, pues, una gran historia romántica.
Pese a que los amantes más auténticos del BDSM se miran con mucha distancia crítica y un poco por encima del hombro todo lo que aparece en las novelas de E.L. James, lo cierto es que lo que se cuenta en ellas ha servido para que el número de personas interesadas por el sadomaso, la disciplina, la dominación/sumisión o los juegos de rol eróticos se ha incrementado notablemente en todo el mundo.
En ese sentido, si para algo sirve esta serie de novelas es para demostrar que, en la mayoría de ocasiones, en el sexo BDSM importa tanto lo psicológico y lo lúdico como los instrumentos y accesorios que pueden llegar a utilizarse en las diferentes prácticas. Y es que, siendo importante el uso de esposas, látigos y ataduras de diversos tipos, no lo es menos la capacidad imaginativa que se tenga a la hora de utilizarlos y la forma de buscar los límites del propio deseo.
Y es en este último sentido, en el de ser una magnífica invitación a la experimentación, en lo que encontramos el máximo valor de estas novelas. De la misma manera que Anastasia Steele emprende un camino de autoconocimiento al relacionarse con Christian, también el lector de la saga se ve empujado, de un modo u otro, a buscar nuevos límites a su sexualidad, nuevas experiencias sensitivas y eróticas. Y eso, en el fondo, no deja de ser una excelente forma de enriquecer la propia vida.
