Mujeres rusas: ¿cálidas o frías?

Viernes, 22 de Mayo de 2020

¿Qué hombre renunciaría a la oportunidad de vivir una relación sexual con una mujer de apariencia fría y elegante y que, en el fondo, fuera una mujer cachonda y apasionada, una auténtica máquina del sexo? Seguramente ninguno. Por eso son muchos los hombres que, a la hora de buscar una chica de compañía para tener una cita, buscan una escort rusa.

Gozar de la intimidad de una mujer rusa es gozar al mismo tiempo de elegancia, de belleza y de pasión. Una prostituta rusa es un misterio por descubrir. Puede parecer fría y distante a primer golpe de vista. Incluso distante. Pero, llegado el momento de la intimidad, una puta rusa es un volcán en erupción. Por eso muchos hombres se vuelven locos de deseo cuando piensan en la posibilidad de follar con una puta rusa y por eso nuestra web reúne un amplio y exquisito catálogo de mujeres que esta nacionalidad que están dispuestas a brindarte la oportunidad de vivir una de las más excitantes experiencias eróticas de tu vida.

Quienes las han probado lo saben. Saben hasta qué punto pueden ser ardientes. Saben hasta qué punto pueden vaciarte sin dejar en ti una gota de ¿fuerza? Las escorts rusas suelen ser insaciables. Jóvenes o maduras, bajo su apariencia gélida esconden un auténtico volcán que, cuando entra en erupción arrasa con todo lo que hay a su alrededor. Basta conocer alguna experiencia de alguien que haya tenido la suerte de vivir una cita con ella para darse cuenta de hasta qué punto el mito es cierto: las prostitutas de lujo rusas son la caña en la cama. Si no lo has probado y no lo sabes, lee la siguiente experiencia de alguien que ha podido disfrutar de los exclusivos y enloquecedores servicios eróticos de una inolvidable y sensual escort rusa:

La llamé por teléfono y no me cogió el teléfono. Eso me sorprendió, la verdad. Pero no habían pasado ni cinco minutos cuando me llamó. Hola, me dijo muy simpática. Sí, le dije; te he llamado para quedar contigo. ¿Puedes? Por supuesto, me dijo: cuando tú quieras. Quedamos un poco más tarde en su apartamento privado.

Me preparé y, cuando llegué a su bloque, le piqué y me abrió la puerta. Cuando llegué a su piso, ¿qué queréis que os diga? Me quedé gratamente sorprendido. La primera impresión era magnífica. La chica era sensual y su mirada, ¿qué puedo decir de su mirada?, era una auténtica invitación al folleteo. Se veía a simple vista que la cama le gusta mucho.

Pasamos a la habitación y estuvimos un rato hablando. Bien, la verdad. Dominaba el idioma y era fácil comunicarse con ella. Para mí eso es importante. Podíamos llegar poco a poco, pero no de una manera fría, a lo que yo había ido a buscar allí. Y es que hacía mucho que yo soñaba con empotrarme a una escort rusa. Nunca había probado con ninguna y me picaba la curiosidad. Ella, además, era muy abierta. Ni una de mis preguntas le molestó, y mira que llegué a preguntarle desde cuándo se dedicaba a lo de los servicios eróticos. Cuando era pequeña ya soñaba con eso, me dijo. Eso me puso muy cachondo. Comprendí que estaba delante de una auténtica fanática del sexo.

Pero yo no había ido a su piso a hablar. Para hablar ya tengo a mis amigos. Ella me dijo que debía ducharme antes y yo lo entendí. Es lo habitual. Limpieza ante todo. Le dije que se duchara conmigo. Ella me dijo que ya se había duchado pero que no importaba una ducha más. Eso me gustó, sobre todo porque lo dijo sin poner mala cara.

En la ducha, claro, mi calentura fue en aumento. Ella estaba muy buena y estaba allí, desnuda, pegada a mí, sintiendo como yo cómo el agua lamía nuestro cuerpo. Yo no puede evitar tocarlo. Toqué sus partes y las abrí y calibré soñando con el momento en que pudiera gozarlas y meterme dentro de ella. Ella, sonriente y amable, se dejó hacer. ¿Qué tal si nos vamos a la cama, corazón?, me dijo. Allí podemos pasarlo mucho mejor.

Y dicho y hecho: nos fuimos a la cama, yo empalmado completamente y ella, creo, un poquito caliente también. Noto enseguida que es una mujer a la que le gusta llevar la iniciativa, pero a mí me gusta hacer las cosas a mi manera. Al menos de momento. Por eso le digo que se tumbe y que se abra de piernas. Me encanta masturbar a las mujeres y quiero masturbar a mi puta rusa. Lo hago y ella, suspirando, cierra los ojos. Se deja hacer. ¿Hasta qué punto se excita de verdad? No lo sé. Me gustaría seguir dominando la situación. Me gustaría sentir cómo su coño se pone completamente mojado, pero ella, ya lo he dicho, es una mujer activa, muy activa. Por eso me coge la verga y me la masajea con unas caricias enloquecedoras. Me gusta sentir cómo me acaricia las pelotas. Es algo que siempre me ha gustado y que no todas las mujeres comprenden. Se centran en el miembro y olvidan a sus acompañantes. Ella, no. Ella las acaricia bien y me pone completamente a punto para follármela. Lo hago, primero, a lo misionero. Pero el Kamasutra, o nuestro Kamasutra al menos, tiene muchas páginas y ella y ello queremos repasarlas todas.

Putas rusas

Y en GirlsBCN sabemos mucho de putas rusas ya que desde que empezamos nuestra andadura se han anunciado cientos de escorts de Rusia tanto en Barcelona como en Madrid y además de ser chicas muy femeninas, amables y cariñosas, en la cama follan tan bien como las putas más famosas del planeta, las brasileñas, venezolanas, colombianas, argentinas y otras latinas. Pero cuidado, cuando hablamos de chicas de compañía rusas nos referimos a todas esas mujeres maduras o jóvenes que vienen de la Europa del Este como ucranianas, lituanas, bielorrusas y demás tierras gélidas. En nuestro próximo artículo seguiremos hablando de estas lumis y de como follan, seguro que disfrutarás de los relatos y si no te acostado con ninguna de ellas, lo querrás hacer a partir de ahora.