Halle Berry, Rihanna, Alicia Keys, Beyoncé, Zoe Saldana, Naomi Campbell, Tyra Banks... a todas estas mujeres las une dos factores. Uno: que son guapas, sexys, seductora, bellas. Y dos: que son todas ellas mujeres de piel oscura. Que todas son negras.
Cualquiera de las mujeres citadas se basta y se sobra para demostrar una obviedad: que la belleza no tiene color. En la belleza femenina hay algo que trasciende al color de la piel. Del mismo modo que pueden ser guapas y sexys las mujeres rubias, las morenas, las pelirrojas o las que llevan el pelo teñido de algún estrambótico color, pueden ser también irresistiblemente atractivas las mujeres de piel blanca, las de piel canela, las orientales y, por supuesto, las negras. Será el gusto de cada cual el que dé un valor especial al color de la piel y el que, en una lista de preferencias, ponga a un tipo de mujer por encima de otro.
Hay muchos hombres a quienes les atrae poderosa y sexualmente lo que en otros tiempos solían denominarse las mujeres de color. En esa expresión, en la de mujer de color, había un algo de vergozante. Se las llamaba mujeres de color como si llamarlas negras fuera algo así como una especie de insulto, como si ser negros o negras fuera en el fondo algo degradante. Afortunadamente, las personas de esa raza comenzaron a reivindicar con orgullo el color de su piel. A hacerlo, venían a decir: "de color somos todos, unos y otros, pero negros solo lo somos nosotros".
Esa reivindicación, por fortuna, ha ido calando en amplias capas de la sociedad y, así, hoy podemos hablar de negros y de negras sin que, al hablar de ese modo, pensemos que estamos faltando al respeto a alguien y podemos hablar también sin disimulo de todos aquellos hombres que, sean de la raza que sean, sienten especial predilección por las escorts negras cuando buscan contactar con una profesional del placer.
Para esos hombres, el placer que proporciona una prostituta de lujo negra no tiene nada que ver con lo que puede darte en una cita sexual una escort blanca. Si atendemos a lo que se cuenta en los foros, las lumis de color proporcionan a los hombres que se citan con ellas la sensación de estar viviendo una doble aventura. Por un lado, se disfruta junto a esa mujer de la profesionalidad y la experiencia de una profesional del placer. Por otro, se disfruta a su lado de ese toque exótico que solo puede dar el compartir el lecho con una mujer de una raza distinta a la nuestra.
Acostarse con una mujer de una raza distinta a la suya es para muchos hombres algo así como descubrir un nuevo universo, algo así como adentrarse en un territorio en el que los conceptos de exploración y aventura adquieren un significado especial.
Si conocemos la textura de la piel de las mujeres de nuestra raza porque por regla general es con ellas con las que nos hemos educado sexualmente en el placer y en el gozo, la textura de la piel de una puta negra es para el hombre de raza blanca un territorio inexplorado. Disfrutar del acto de acariciar esa piel, de sentir cómo esa piel desnuda se frota con la suya, se presenta para muchos hombres como un misterio que merece ser desvelado.
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Follar con una escort de color que generalmente procede de África se convierte para muchos hombres en una especie de búsqueda de las fuentes del Nilo, una aventura sin parangón trufada de enriquecedoras sorpresas. En el cuerpo de ébano de la mujer de color se camufla la inflamada negritud de los pezones pero destaca como una tajada suculenta la roja cachondez de su vagina. En el cuerpo de ébano de las prostitutas negras destaca la elegante flexibilidad felina de sus movimientos y la rotundidad indescriptible de sus nalgas.
Y es que hay culos y culos, pero el culo de una negra es un culo que parece estar más allá del Bien y del Mal. Musculado, potente, irreductible, el culo de las negras es siempre una tentación y un abismo, un reto y un destino.
A las putas africanas, además, se les otorga una naturalidad y una fiereza en el lecho que las convierte, en el ideario popular, en auténticas panteras del sexo, mujeres desinhibidas que parecen inmolarse y darlo todo en cada encuentro y que parecen acudir a sus citas con el fin último de vaciar de energías a su cliente, de dejarlo reducido a un exhausto guiñapo.
Entregarse a los placeres de una cita sexual con una chica de compañía africana es una de esas experiencias que todo hombre debería probar alguna vez en la vida. Y es que posiblemente solo entre los brazos de una amante negra un hombre puede retornar al tiempo del Paraíso Terrenal y vivir el sexo despojándose de todo tipo de prejuicios y tabúes, entregándose única y exclusivamente a la dicha de disfrutar de él.
Si te apetece disfrutar de una de estas impresionantes mujeres, en GirlsBCN tienes unas cuantas anunciadas en Barcelona y Madrid... Encontrarás africanas, brasileñas, colombianas, cubanas y también españolas. Adelante y disfruta.
