Masajistas eróticas y zonas erógenas

Sábado, 04 de Julio de 2020

En este artículo vamos a tratar las principales zonas erógenas de la mujer y el hombre. Dedicarse mutuamente a explorarlas y estimularlas es el mejor entretenimiento que pueden tener un hombre y una mujer. En eso se fundamentan, básicamente, los preliminares eróticos, tan importantes en toda relación sexual.

Una buena manera de disfrutar de las diferentes zonas erógenas de nuestro cuerpo, seamos hombres o mujeres, es la de contratar a una masajista erótica. Nadie como una masajista erótica para saber estimular las diferentes zonas erógenas de nuestro cuerpo. En manos de una masajista erótica ascenderemos hasta el séptimo cielo del placer.

Una profesional del masaje erótico encontrará el toque y el ritmo adecuado para ponernos a mil recorriendo con sus manos las diferentes zonas de nuestro cuerpo. Nadie estimulará mejor que ella nuestros pezones. Nadie como ella sabrá cómo le gusta a nuestros testículos ser tocados. Nadie como ella conseguirá, recorriendo el tronco y las diferentes partes de nuestra verga, que está tenga una erección mejor.

Disfrutar de la experiencia de un masaje erótico que nos vaya revelando nuestras diferentes partes eróticas es vivir una experiencia de dioses. Si deseas disfrutar de una experiencia similar, contacta con cualquiera de las masajistas eróticas de nuestra web en las ciudades de Barcelona o Madrid. Altas, bajas, morenas, rubias, delgadas, rellenitas, españolas, extranjeras, estas chicas te descubrirán todas las zonas erógenas de tu cuerpo, las estimularán como nunca antes hayan sido estimuladas y te conducirán a un final feliz tan explosivo como inolvidable. Selecciona una de nuestras anunciantes, marca su número de teléfono y disponte a vivir una experiencia única. Y recuerda, con el ellas el final feliz puede ser oral (felación, mamada, francés, ...), lingam (masturbación, paja, ...) y con penetración vaginal (lo que se llama toda la vida follar). Y si te apetece, también puedes terminar con ellas con un rico sexo anal (Griego para los españoles). Recuerda, no sólo son masajistas eróticas sino también escorts (putas, prostitutas, chicas de compañía y un sinfín de sinónimos).

Masajistas eróticas

Zonas erógenas del hombre

Más allá de las zonas erógenas compartidas por hombres y mujeres hay una serie de zonas especialmente sensibles del organismo que son exclusivas de uno u otro sexo. Esas zonas erógenas están focalizadas principalmente en los genitales. En el caso del hombre, citaremos como partes del cuerpo especialmente sensibles la próstata, el pene y los testículos.

Hablar de la estimulación de la próstata (llamada popularmente el punto G masculino) implica, también, asomarse al tabú que para muchos hombres implica la estimulación anal. Asociada mentalmente a las prácticas gays, muchos hombres heteros rechazan absolutamente cualquier práctica sexual que implique que algo tenga que entrar por su culo. Como suele decirse: ni el pelo de una gamba. Y la manera más directa de acceder a la próstata para poder estimularla, bien con el dedo, bien con cualquier tipo de estimulador del punto P con o sin vibraciòn, es a través del ano. Por eso muchos hombres desconocen los placeres que se derivan de la estimulación prostática. Ésta, combinada con la masturbación, provoca orgasmos muy intensos y prolongados.

Otra forma de estimular la próstata es masajeando el perineo, la zona existente entre los testículos y el ano. Presionando sobre esta zona y masajeándola también se puede conseguir un incremento notable de la excitación masculina y, aunque la estimulación de la próstata no es por aquí tan directa como por el ano, también se pueden conseguir orgasmos más intenso.

El pene es, sin duda, una de las más importantes zonas erógenas del hombre. A todo hombre le gusta y le excita que le acaricien el pene, especialmente en la zona del glande, en sus laterales y en el frenillo. Si es con la mano, bien, si es con la lengua, mejor. Entre los placeres sexuales más apreciados por el hombre figura, sin duda, que la mujer bese, lama o se meta en la boca su verga o gran parte de ella. El hombre goza mucho cuando la mujer estimula su glande con la boca. Una mamada es siempre muy placentera y siempre muy excitante. Y cuanto más alta es la excitación del hombre, más dura se pone la verga y más cercana está a la eyaculación.

Junto al pene, los testículos son otra de las más importantes zonas erógenas masculinas. Esto se olvida muchas veces. Concentradas en la llamativa expansión del pene, muchas amantes olvidan hasta qué punto son sensibles los testículos. A todo hombre le gusta que le acaricien los huevos con sabiduría. Que se los laman. Incluso que la mujer se los meta en la boca para saborearlos como si fueran un caramelito, moviéndolos con la lengua. Esta estimulación, además de ser placentera, resulta muy productiva. Unos testículos bien estimulados se ponen como locos a fabricar semen y eso, después, se nota en la eyaculación. Una corrida bien copiosa siempre es la mejor manera de acabar un polvo y unos testículos bien estimulados la garantizan.

Zonas erógenas hombre

Zonas erógenas de la mujer

Una vez vistas las zonas erógenas exclusivamente masculinas, vamos a detener nuestra mirada en las zonas erógenas femeninas. El monte de Venus, los labios vaginales y el clítoris serían esas tres zonas especialmente sensibles de la anatomía femenina. Las tres están ubicadas en su zona genital. Pocas cosas hay que pongan tan cachonda a una mujer como sentir una mano sabia acariciando las diferentes zonas de su coño. Los labios vaginales, los mayores y, en especial, los menores, agradecen inflamándose y humedeciéndose de placer las caricias. También agradecen, claro, el que una lengua y unos labios se dediquen a estimularlos bien estimulados.

Si hablamos de la vagina como zona erógena de la mujer debemos señalar que no toda la vagina es igualmente sensible. La parte más cercana a su entrada es más sensible que la parte más profunda. Dentro de ella, además, existe una zona formada por un tejido especial. A esa zona, que se encontraría, tal y como se entra en la vagina, en su parte superior, se le llama punto G. Hay quien dice que lo de la existencia del punto G es un mito, pero tú prueba a estimular a la mujer en esa zona. Hazlo con los dedos o con un juguete erótico. En el mercado se pueden encontrar dildos y vibradores diseñados especialmente para diseñar el punto G. Ya verás cómo, muy probablemente, la mujer se te retorcerá de placer entre las manos. En algunos casos, incluso, basta con estimular esa zona para garantizar un intensísimo orgasmo. Si quieres escuchar cómo una mujer ruge de placer, estimula su punto G.

Hablar de orgasmo femenino implica hablar de una zona erógena femenina muy especial: el clítoris. Muchas mujeres solo logran alcanzar el orgasmo gracias a la estimulación del clítoris. Cuando tengas a una mujer abierta de piernas ante ti, separa su labios vaginales, busca el capuchón que protege el clítoris y, bien sea con el capuchón puesto, bien con el capuchón retirado, estimula esa sensible pepitilla en la que confluyen un elevadísimo número de terminaciones nerviosas. El clítoris, como un pequeño pene, se inflamará y endurecerá cuando sea estimulado por tus dedos, tus labios y tu lengua, o por un estimulador o succionador de clítoris. El mercado está lleno de ellos y algunas marcas se han vuelto muy famosas. Durante los últimos meses, cierto succionador de clítoris se ha convertido en todo un éxito de ventas del mercado del juguete erótico. Y es que la estimulación de esta zona erógena del cuerpo de la mujer de la que hablamos resulta prácticamente infalible. Pocas mujeres no acaban corriéndose de gusto cuando se les masajea y estimula el clítoris.

Zonas erógenas de la mujer