Cuando se habla de Unión Europea, son muchas las personas que cuestionan el término "unión". Más allá del hecho de poseer una moneda única, se dicen esas personas, ¿existe unidad entre los países miembros a la hora de tratar los diferentes temas que afectan a la sociedad? ¿Existe una ley común para todos los europeos, por ejemplo, al enfrentarse a un tema tan complejo como el de la prostitución y su reglamentación? La respuesta, sin duda, es no. La legislación francesa sobre la prostitución, por ejemplo, no tiene nada en común con las leyes suizas para regular el ejercicio de la prostitución, y las normas de Noruega, por su parte, poco tienen que ver con la legislación alemana sobre este tema. A esta última y a cómo ha evolucionado en los últimas décadas vamos a dedicar este artículo.
La ley sobre prostitución alemana del 2002
En 2002, el gobierno alemán, formado por socialdemócratas y verdes y liderado por el canciller Gerhard Schröder, decidió aprobar una ley sobre prostitución que sirviera para mejorar las condiciones laborales de las y los trabajadores sexuales y que garantizara también el acceso de dichas personas a la seguridad social. Con estas normas sobre la prostitución en Alemania, el gobierno de Schröder intentaba también que las prostitutas de Alemania tuvieran la posibilidad de aportar cantidades monetarias a un fondo paral, así, obtener una pensión en el futuro. Con esas medidas y con otras recogidas en el cuerpo de la ley, el gobierno federal alemán intentaba acabar con la figura del proxeneta.
Para muchas personas, la aprobación de esta ley suponía la legalización de la prostitución en Alemania. Esto no era del todo cierto, pues la prostitución ya era legal entonces en el país germano. Lo que consiguió esta norma jurídica, más que legalizar la actividad de la prostitución, fue eliminar la calificación jurídica que la tachaba de "inmoral".
Las normas que incluía esta ley para regular la prostitución en Alemania estaban destinadas a ordenar un negocio que mueve unos 16.000 millones de euros al año y en el que trabajan, según datos oficiosos, unas 400.000 mujeres que, diariamente, dan servicio a más de 1.200.000 clientes.
Diferentes análisis y estudios realizados sobre la efectividad de la ley sobre prostitución alemana de 2002 apuntan a que la normativa impulsada por el gobierno de Schröeder no fue demasiado efectiva. Las mejorías de las condiciones de trabajo de las prostitutas, por ejemplo, fueron mínimas. Muchos de esos estudios apuntaban a que la estructura federal de Alemania no ayudó a que la ley de 2002 pudiera aplicarse correctamente. El hecho de que los diferentes estados federados implementaran políticas distintas hizo que las reformas que se pretendían con esta ley sobre prostitución en Alemania fueran muy limitadas y, en muchos casos, muy deficientes.
Más allá de las leyes federales sobre la prostitución en Alemania o de las normativas aprobadas los diferentes estados federados (hay estados, por ejemplo, que impiden la existencia de burdeles en ciudades que tengan menos de 35.000 habitantes), las ciudades podían y pueden aprobar sus propias regulaciones sobre el negocio y pueden imponer, también, sus propios impuestos. Por ejemplo: la prostitución callejera solo puede ejercerse habitualmente en aquellas zonas que determine el ayuntamiento de la ciudad de cuestión. El resto de zonas se considerarían, en ese sentido, zonas prohibidas.
Ley sobre la prostitución en Alemania de 2017
Los resultados vertidos por los estudios citados anteriormente hicieron que el gobierno federal alemán pensara en la aprobación de una nueva normativa. Así, el 1 de julio de 2017 entró en vigor la nueva ley de prostitución en Alemania, la Prostituiertenschutzgesetz o “Ley para la protección de las/los prostitutas/os”. Con la Prostituiertenschutzgesetz, el gobierno de Angela Merkel impulsaba una nueva legislación sobre la prostitución en Alemania.
Entre las medidas recogidas en la ley reguladora de la prostitución en Alemania de 2017 figuran, entre otras, la obligación que tienen las trabajadoras eróticas de usar preservativos en sus relaciones, la imposibilidad de mantener abierto un burdel si éste no posee el correspondiente certificado de calidad y el hecho de que los dueños de puticlubs no pueden serlo si tienen antecedentes legales.
La ley de prostitución actualmente vigente en Alemania obliga a las trabajadoras sexuales a registrarse. No importa de qué manera y en qué lugar presten sus servicios (si de forma independiente o adscritas a alguna agencia o puticlub) ni tampoco la regularidad con que lo hagan. Todas ellas deben registrase para poder ejercer su profesión y todas deben obtener, así, su "carnet de prostituta".
El carnet de prostituta alemán contiene los siguientes datos:
- Fotografía de la persona titular.
- Nombre completo. En este sentido, la legislación permite que la persona opte porque aparezca en este lugar un pseudónimo o nombre profesional.
- Fecha y lugar de nacimiento.
- Nacionalidad.
- Lugares en los que ejerce el trabajo sexual.
- Lugar y oficina de expedición.
- Período de validez.
Para poder obtener este carnet y poder renovarlo, la trabajadora sexual deberá hacerse asesorar por un servicio de salud y deberá pasar las preceptivas revisiones médicas
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Medidas contra la trata en la ley alemana sobre prostitución
Otro de los requisitos que hay que cumplir para obtener el carnet de prostituta en Alemania es el de haber mantenido una charla informativa con la autoridad encargada de aprobar la concesión del carnet. En dicha charla, el funcionario encargado de dar el visto bueno deberá valorar si tras la voluntad expresada por la trabajadora sexual de obtener el correspondiente permiso puede intuirse una situación de coacción, dependencia o explotación. Si el funcionario intuye alguna de estas situaciones, su obligación es la de denegar el permiso para ejercer la prostitución en Alemania. Si detectara esos indicios de trata, la legislación alemana sobre prostitución establece que se impulsen las "medidas necesarias para su protección".
¿Qué medidas serían ésas? La ley no lo determina. La asociaciones críticas con esta ley apuntan que la misma no especifica cómo actuar ni tampoco medidas de protección o la derivación a algún tipo de asociación u organismo que se dedique a las tareas de apoyo psicológico y legal a las personas víctimas de trata sexual.
En muchos estados federados, además, no se ha determinado aún qué entidad u organismo debe encargarse del registro de trabajadoras sexuales.
Críticas a la legislación alemana sobre prostitución
Las asociaciones alemanas dedicadas a la lucha contra la trata han criticado la utilidad de la charla informativa como instrumento para detectar situaciones de explotación. Según estas asociaciones, no es tan sencillo descubrir una situación de explotación en una simple conversación en el entorno burocrático de una oficina de registro. Para que una mujer explotada sexualmente deje entrever que lo es se necesita, afirmane estas asociaciones, de la creación de un ambiente muy especial e íntimo y de un flujo de confianza con el entrevistador o entrevistadora que permita el hacer aflorar ese tipo de confesiones. Algo que, recalcan, es muy difícil generar en una oficina de registro.
Las asociaciones alemanas contra la trata critican también la idea misma del registro. Por un lado, éste impone la imposibilidad de ejercer la prostitución de forma anónima. Los datos registrados, además, corren el riesgo de ser "asaltados" por terceros. Por otro lado, la existencia de un carnet implica siempre el riesgo de una extorsión. Basta una fotografía de ese carnet para poseer una herramienta de chantaje.
Pese a todas estas críticas, Alemania figura actualmente, junto a Austria y Suiza, al frente de los países de la Unión Europea que, dentro de su desunión normativa, han dado el paso de legalizar y regular tanto la actividad de las prostitutas como la de los prostíbulos.
