El confinamiento por la pandemia de COVID-19 nos ha hecho perder muchas rutinas que nos hacían disfrutar de la vida. Una de ellas ha sido la de poder citarnos con una guapa escort para poder gozar de una intensa y lujuriosa cita. Gracias a las nuevas tecnologías, sin embargo, podemos disfrutar de increíbles momentos de erotismo y placer sexual… a distancia. Aliviar los rigores del confinamiento con unas buenas sesiones de sexo virtual puede ser una buena manera de tener engrasada la maquinaria para cuando se acabe el confinamiento y podamos volver a citarnos con una acompañante de lujo para disfrutar del sexo a la manera tradicional.
El sexo a distancia o cibersexo es una excelente manera de demostrar al dichoso virus que podrá afectar a muchos órganos de nuestro cuerpo, pero no a nuestra libido. Ésta se ejercitará y mantendrá en los niveles adecuados cuando comprendamos que más vale sexo a distancia que quedarse añorando la falta de ese sexo cuerpo a cuerpo al que estamos deseando regresar.
Pero practicar el sexo virtual no es fácil para quien no lo ha practicado nunca. Para disfrutar de él debemos, ante todo, liberarnos de complejos. Si te asusta la mirada del ojo de la cámara del móvil, la tableta o el ordenador, quítate ese miedo. Cuanto antes. Para practicar sexo a distancia hay que estar dispuesto a hacer ante la cámara cosas que solemos hacer en la intimidad. Pelárnosla, por ejemplo. Una vez venzamos esa timidez o ese complejo comprenderemos hasta qué punto puede ser excitante el masturbarnos ante la cámara mientras miramos, por ejemplo, cómo también lo hace, al mismo tiempo que nosotros, la mujer con la que mantenemos esa relación de sexo a distancia.
Practicar cibersexo implica bucear en nuestras fantasías sexuales más íntimas. Cuanto más dejemos volar la imaginación y más buceemos y busquemos en esas fantasías, más se abrirá nuestra mente y más disfrutaremos del cibersexo. Teniendo en cuenta que la primera herramienta sexual del ser humano es el cerebro, el sexo a distancia puede resultar muy pero que muy gratificante por todo lo que tiene de estímulos para aquél.
Las maravillas del sexting
Muchas parejas que se han visto obligadas a estar separadas físicamente durante un tiempo han explotado hasta las últimas consecuencias todo lo que el sexting les ofrece. Enviarse imágenes y vídeos de contenido sexual a través de dispositivos electrónicos les ha servido para mantener encendida eso que se llama la llama de la pasión.
Sin duda, durante esta cuarentena por el coronavirus el sexting ha ocupado un lugar muy destacado entre las diferentes prácticas que pueden formar parte del sexo a distancia. Telegram, por ejemplo, ofrece la oportunidad de participar en chats secretos para practicar sexting con personas desconocidas de una manera segura. Y es que, igual que en el cara a cara hay que contar con la participación del condón para no tomar según qué riesgos, también en la práctica del sexting hay que andarse con ojo. No sería nada agradable, por ejemplo, que empezara a circular por ahí algún que otro vídeo en el que se nos viera con los ojos idos por el placer y la polla en la mano. Por eso Telegram impone en los canales de esos chats secretos un cifrado especial que impide el hacer capturas de pantalla y reenviar los mensajes que se escriban. Lo que se persigue con eso es que podamos disfrutar de una excitante sesión de sexo a distancia con la persona con la que hayamos conectado pero poniendo a salvo nuestro derecho a la intimidad y nuestra dignidad. Después de todo, difundir imágenes no autorizadas e íntimas de una persona es un delito. Y como delito que es está penado.
La mejor manera de disfrutar de una sesión de sexo a distancia es tener a mano un juguete sexual que haga más divertida y estimulante la sesión. Masturbarse con la mano mientras se contempla lo que al otro lado de la conexión una mujer hace para nosotros está bien, pero hacerlo con un masturbador que nos proporcione nuevas sensaciones está, sin duda, mucho mejor. Masturbarse los dos al mismo tiempo contemplándose a distancia resulta muy, muy excitante. Nos falta el olor de los cuerpos, ese olor a sexo tan afrodisíaco, y nos falta el poder gozar del sentido del tacto, pero podemos gozar del sentido del oído (los gemidos y las cochinadas dichas durante la práctica sexual son, también, potentes afrodisíacos) y, por supuesto, del de la vista. ¿O no te pondría cachondo ver a una mujer masturbándose mientras ella mira cómo te masturbas tú?.
Continuaremos con el tema pero antes de terminar por hoy queremos recordaros que debido a la pandemia, hemos creado una sección de Sexting o sexo a través de videollamadas. Una sección que dicho sea de paso parece que se va a quedar pues la experiencia que nos reportan las escorts de nuestra web que ofrecen dicho servicio van a mantenerlo una vez pasemos la pesadilla del Covid. De hecho este servicio puede servir para que el usuario termine de decidirse a contratar los servicios de una puta de lujo, si hay química a través del Whatsapp, seguro que en la cama y follando mucho más...